Disponible la nueva Guía de Rehabilitación frente al Radón

El radón es un elemento químico perteneciente al grupo de los gases nobles, que se produce a partir de la desintegración del uranio, presente de forma natural en suelos y rocas. Debido a que en su forma gaseosa es incoloro, inodoro e insípido, tiende a concentrarse en interiores, como en viviendas o lugares de trabajo, sin ser apreciado.

Al aire libre, el radón se diluye rápidamente, por lo que no suele representar ningún problema. En cambio, en espacios cerrados donde las concentraciones son más elevadas puede suponer un gran peligro, ya que cuando entra en contacto con el aire, se desintegra y emite partículas radiactivas. Su inhalación provoca daños en nuestro ADN, lo que podría desembocar en un posible cáncer de pulmón.

Después del tabaco, el radón es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón, ya que está demostrado que el riesgo de desarrollarlo aumenta de manera proporcional al incremento de la exposición al radón. Por ello, reducir al máximo la cantidad de este gas concentrado será de vital importancia para nuestra salud.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayor exposición al radón suele producirse en el hogar. A pesar de que este gas suele alcanzar concentraciones más elevadas en los espacios que están en contacto directo con el terreno, como sótanos o bodegas, también puede infiltrarse en las viviendas a través de grietas en el suelo o paredes, por espacios alrededor de las tuberías o cables, o incluso por los sumideros y desagües. Por ello, uno de los puntos que hay que tener en cuenta al construir un edificio o efectuar una instalación son las medidas de prevención de la exposición al radón.

Además, debido a su peligrosidad, las concentraciones de radón se deben calcular anualmente y al menos durante tres meses. No obstante, las mediciones se pueden realizar de un modo sencillo y económico, siempre de acuerdo con los protocolos nacionales. La nueva Guía de Rehabilitación frente al Radón ha sido elaborada por el Instituto de ciencias de la construcción Eduardo Torroja (IETcc) bajo la supervisión de la Dirección General de Agenda Urbana y Arquitectura del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) a fin de garantizar una uniformidad a la hora de tomar decisiones en relación con la seguridad de los edificios españoles.

Tal y como se explica en el documento, proporcionar soluciones de protección frente al radón en la rehabilitación de edificios es de especial trascendencia en este momento en el que la sociedad ha tenido que pasar más tiempo del esperado en el interior de sus viviendas. En un año en el que la salud se ha convertido en una de nuestras preocupaciones principales, desde el IETcc han querido ser conscientes de la importancia de apostar por instalaciones que cuenten con medidas de seguridad y protección de mayor calidad con el fin de contribuir a nuestro bienestar.

SOLUCIONES DE PROTECCIÓN MÁS HABITUALES

Según la Guía, para elegir la medida más adecuada, se debe conocer tanto el mecanismo de entrada del radón como el objetivo de las propias soluciones de protección. De esta forma, las soluciones de protección más habituales se agrupan en función de su forma de actuación:

1. Soluciones de aislamiento del edificio o los locales a proteger frente al radón procedente del terreno: disposición de una barrera de protección frente al radón, sellado de fisuras, grietas, encuentros y juntas, empleo de puertas estancas o creación de sobrepresión en los locales a proteger.
2. Soluciones de reducción de la concentración de radón antes de que penetre en el edificio, o en todo caso, antes de que penetre en los locales a proteger: instalación de un sistema de ventilación del espacio de contención o instalación de un sistema de despresurización del terreno.
3. Soluciones de reducción de la concentración de radón que ya ha penetrado en los locales que se quieren proteger: mejora de la ventilación de los locales habitables.

La Guía, además de ser una herramienta fundamental para proyectistas e instaladores en el diseño y ejecución de soluciones de protección frente al radón, será una fuente de información vital para los usuarios de edificios afectados, que ahora podrán conocer en profundidad la influencia que puede llegar a tener su propio comportamiento en la concentración de este gas.

Ángela Martín Parrales

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