Los coches eléctricos

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No son pocas las veces en las que he nombrado y recordado el estado actual del planeta. Son muchas las emisiones que los humanos estamos generando, provocando el cambio climático y, de hecho, acentuándolo con la tala de árboles indiscriminada. En este artículo no quiero repetir lo de siempre, pero es importante recordar que, al menos, un 13% de las emisiones son causadas por los vehículos. De esta forma y al igual que ya he hecho en artículos anteriores, os mostraré las alternativas limpias en el ámbito de los trasportes, desentrañando sus curiosidades y sus datos más importantes. 

Hoy, hablamos de: los coches eléctricos. 

 

A primera vista lo que pensamos al respecto puede ir desde el típico “esos coches son más caros” hasta el “tienen poca autonomía”. Nada más lejos de la realidad, nos encontramos realmente ante una modalidad de vehículo que trae muchas más cosas positivas que negativas.  

 

¿Qué son los coches eléctricos? 

Son coches impulsados por uno o más motores eléctricos, que hacen uso de la energía almacenada en la batería. Son silenciosos y no contaminan, de hecho, seguro que alguna vez, en caso de no conocerlos antes, te has visto sorprendido al ver un coche cuyo único sonido que genera es el de las ruedas rozando el asfalto. Estas dos ventajas son las que definen y provocan la gran inmensidad de privilegios de esta clase de vehículos, por lo que, a continuación, pasaré a recontarlos.  

 

  • Los coches eléctricos cuentan con un distintivo ambiental CERO, proporcionado por la Dirección General de Tráfico (DGT). Con esta pegatina, podrás aparcar en zonas reservadas para esta clase de vehículos. Además, de no pagar el aparcamiento en determinados parkings. 

 

  • En las grandes urbes podrás circular con libertad pese a las restricciones de vehículos que usualmente se ponen en práctica para reducir las emisiones.  

 

  • Puedes circular por carriles VAO pese a no llevar acompañante. 

 

  • Apenas requieren mantenimiento, puesto que se eliminan del espectro los aceites, fluidos, filtros, etc. Y está exento de pagar el impuesto de matriculación. 

 

  • Mucho más económicos a largo plazo que el resto. En otras palabras, pese a su “alto precio”, lo cual también es discutible, se ahorrará con el tiempo cientos de euros que, en el caso de poseer un coche normal, gastaría en combustible. 

Por cierto, también existen los coches híbridos, que consumen electricidad, pero también combustible, aunque estos no gozan de tantas ventajas como los que son puramente eléctricos. 

Esta clase de vehículo suelen generar más confort y menos estrés a sus ocupantes. La ausencia de sonido y la suavidad con la que estos se conducen garantizan viajes más amenos y satisfactorios.  

Al ser un motor eléctrico, no hace falta que se realice ninguna clase de combustión para que este arranque o acelere, por lo que puede alcanzar mejores y más altas velocidades en menos tiempo.  

Como punto extra, actualmente hay multitud de lugares preparados para cargar el vehículo de forma gratuita. Ya se considera más barato cargarlo en casa, pero para propiciar la compra de esta clase de vehículos y disminuir la contaminación, además se puede hacer a coste 0 gracias a los puntos de recarga. Supongo que es un premio por pensar en el planeta. 

Y, por último, si piensas que vas a parecer un “bicho raro” con este coche, permíteme decirte que existe una creciente comunidad de coches eléctricos: por ejemplo, aplicaciones y foros pensados para contactar con personas que también posean esta clase de automóviles. Gracias a estas aplicaciones, podrás consultar los puntos de recarga más cercanos y las rutas y los tips más óptimos para alcanzar tu destino. 

 

Si estás pensando en conseguir un vehículo así, recuerda que no solo lo haces por el planeta, sino también por tu bolsillo. 

 

José Francisco Bullón Molina 

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