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España se sitúa en una posición privilegiada respecto a otros países europeos en el ámbito de las energías renovables. Dispone del mayor recurso solar del continente y de un excelente recurso eólico. Además, produce el 60% de los componentes de la tecnología fotovoltaica y el 90% de la eólica. También somos líderes en la integración de la generación renovable en el sistema eléctrico.

Sin embargo, pese a la ventaja, todavía queda mucho para avanzar hacia una España más sostenible y verde. En este sentido, el Gobierno español presentaba el pasado año el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), con el objetivo de recibir fondos para mejorar ámbitos como este. Dicho plan se articula en varios ejes claves, entre ellos, el de impulso de la transición verde.

No obstante, podemos decir que la descarbonización, las energías renovables y el almacenamiento cobrarán mayor protagonismo próximamente. De hecho, se destinará el 40% de las inversiones a estas tres áreas asociadas a la transición ecológica. Por tanto, gracias al Plan de Recuperación consolidarán su valor.

Para ello, se ha creado el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (ERHA). Consiste en un conjunto de medidas para desarrollar tecnologías, conocimientos, capacidades industriales y nuevos modelos de negocio, que mejorarán el liderazgo de España en el ámbito de las energías limpias.

La inversión total será superior a 16.300 millones de euros. Y permitirá construir una transición energética, maximizando las oportunidades económicas, industriales, laborales, de innovación y de implicación de la ciudadanía y las Pymes. Como consecuencia de todo este proceso, se crearán 280.000 empleos (entre directos e indirectos).

Medidas transformadoras y facilitadoras

Según explica la Moncloa en su página web, el PERTE ERHA movilizará más de 3.550 millones de euros con el propósito de poner en marcha “25 medidas transformadoras” que supondrán el “desarrollo de tecnología, conocimiento, capacidades industriales y nuevos modelos de negocio, y su implantación en el tejido productivo del país”.

Por otra parte, junto a las medidas transformadoras, se contemplan 17 medidas facilitadoras que consisten en el acompañamiento: formación en el ámbito laboral, movilidad de gases de origen renovable o despliegue del autoconsumo en empresas. Esta línea de ayudas contará con una dotación presupuestaria de 3.362 millones.

Hidrógeno renovable, un factor clave

Tal como señala el documento oficial publicado por el Gobierno español, el hidrógeno es un vector energético clave que nos permitirá alcanzar un futuro energético limpio, seguro y asequible. Por consiguiente, será una herramienta importante para descarbonizar sectores poco sostenibles (transporte pesado, industria química, siderurgia…).

España ya tiene su propia meta establecida respecto al hidrógeno renovable. El objetivo es alcanzar 4 GW de capacidad de producción en 2030, que supone el 10% del total de la UE. Esta Hoja de ruta será regada con 1.555 millones de euros, además de otros 2.800 millones procedentes de capital privado. La inversión se articulará en torno a cuatro líneas: cadena de valor industrial, proyectos singulares pioneros, integración sectorial a gran escala y en el mercado europeo.

Impulso a las energías renovables

Uno de los componentes del PERTE es el despliegue e integración de las energías renovables. Es decir, el objetivo es impulsar la cadena de valor y de conocimiento de fuentes renovables, especialmente de las energías marinas. De modo que se apoyarán proyectos singulares y de innovación y se reforzará la capacidad de fabricación de tecnologías relacionadas con este ámbito.

Así pues, también se pretende sustituir aerogeneradores antiguos por nuevas máquinas (con componentes reciclables) y desarrollar biogás a partir de las actividades agropecuarias. En este caso, las ayudas ascienden a los 765 millones más otros 1.600 millones privados.

Un modelo energético descarbonizado

Otro de los objetivos está relacionado con las infraestructuras eléctricas, la promoción de redes inteligentes y el despliegue de la flexibilidad y el almacenamiento. Para lograr un modelo energético descarbonizado, descentralizado y digitalizado se subvencionarán iniciativas en estas áreas.

Por ejemplo, el apoyo recalará en proyectos de I+D de almacenamiento, en nuevos modelos de negocio (como la agregación de demanda o la gestión inteligente de datos) y en el despliegue de sistemas de almacenamiento, independientes o hibridados en instalaciones de renovables. A ellos llegarán más de 1600 millones de euros, entre inversión pública y privada.

A partir de los próximos meses estarán disponibles los fondos europeos de recuperación que se invertirán en el PERTE ERHA. Actualmente, algunas de las medidas ya están en marcha. Cuatro convocatorias de ayudas dotadas con más de 500 millones de euros ya han superado la fase de información pública. El destino, de momento, será el impulso de la cadena de valor del hidrógeno renovable, a proyectos de I+D en almacenamiento energético y proyectos piloto para comunidades energéticas.

 

Luisa Del Hoyo Díaz

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