Origen e historia de la fontanería

En artículos anteriores ya hemos tratado temas de importancia para los profesionales de nuestra área, como la evolución y tipos de calderas. En esta ocasión veo razonable abordar otro tema desde la misma perspectiva y enfocarme en la fontanería desde un puno de vista histórico y evolutivo. 

¿Qué es la fontanería? 

La fontanería, también llamada plomería y gasfitería es la actividad relacionada con la instalación y mantenimiento de redes de tuberías para el abastecimiento de agua potable y evacuación de aguas residuales. Estas últimas son aguas afectadas negativamente por la mano del hombre. Normalmente son aguas de uso doméstico, urbano e incluso industrial que contienen residuos nocivos, su importancia es tal que requiere de sistemas de canalización, tratamiento y desalojo. Así pues, cuando alguien piense que un fontanero solo arregla tuberías, recuérdale que de ellos depende el agua potable de las ciudades y hogares. 

Etimológicamente la palabra “fontanero” proviene de “fontana” que es sinónimo de “fuente” y proviene del latín. 

La historia de la fontanería se remonta a la época del Antiguo Imperio Romano. Como muchos sabréis, ellos utilizaban gigantescas estructuras de roca para conducir el agua a los grandes núcleos urbanos, Estas estructuras eran llamadas acueductos y, concretamente, en España, aún quedan varios en pie, como el acueducto de Segovia. 

Posteriormente, en la Edad Media, al dejar de lado la costumbre de los baños y termas de la Antigua Roma, las instalaciones de fontanería dejaron de utilizarse. En otras palabras, los residuos y aguas fecales eran arrojadas en cualquier sitio. Supongo que cualquiera que haya visto una película basada en esta época, encontrara familiar la imagen de alguien lanzando un cubo con agua y desperdicios por la ventana. Estas acciones provocaban continuas plagas de ratas y brotes de cólera (una enfermedad diarreica provocada por la ingestión de agua contaminada) y que a su vez la esperanza de vida fuera muy baja.  

Desde luego, la Edad Media parece ser un paso atrás en más de un ámbito. 

Aunque si queremos referirnos al concepto más moderno de fontanería deberíamos remontarnos a finales del siglo XIX. En aquel entonces ya se usaban tubos de hierro soldados con plomo para transportar el agua en las ciudades. Actualmente, a excepción de casos puntuales en la industria, se prohibió el uso del plomo en esta clase de instalaciones. La razón por la que se dejó de usar ese material fue la de que a causa de la fricción que generaba el agua en el interior de la tubería provocaba que pequeñas partículas de plomos se mezclaran con el agua que posteriormente se destinaba para consumo humano, causando plumbosis, la cual que generaba anemia y otros males. Actualmente se usa la soldadura de acero estaño soldado a gas, adhesivo solvente y otros distintos tipos según la finalidad del sistema de tuberías. 

En esencia, este ha sido el trayecto que esta profesión y concepto tiene. Es curioso ver como en una de sus etapas la fontanería brilló por su ausencia. Debemos de agradecer, ya no solo vivir de en esta época, sino también de hacerlo en un país con unos sistemas de agua potable a la altura, ya que estamos compuestos por un 60% de este líquido. 

José Francisco Bullón Molina 

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