La inflación actual en los alimentos

La inflación era esperada en el último mes del año 2022. Tras estar durante los ocho meses anteriores encareciéndose, el mes de mayor consumo no iba a ser distinto. El Instituto Nacional de Estadística ha puesto números a la subida de los precios: la subida fue del 5,7%. Esta cifra disminuye en 1,1 puntos a noviembre sin tener en cuenta el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas: se incrementó un 15,7% frente a diciembre de 2021.

La subida del precio de los alimentos

La inflación se ha desinflado más de cinco puntos en estos últimos cinco meses. Ha ido decreciendo desde que en julio tocara máximos de 10,8%. Este nivel ha situado a España como el país de la UE con la inflación más baja en el fin de 2022. En cambio, la cesta de la compra se resiste a ceder convirtiéndose en el principal problema de la nación española.

Nadia Calviño, vicepresidente económica, ha asegurado: “Está claro que la inflación ha bajado muy rápidamente, hemos terminado el año muy por debajo de la zona euro y la UE, y tenemos que seguir esta línea en 2023”.

En los contratiempos aparece la inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos frescos, y sigue sin relajarse. Los precios del vestido, calzado y los alimentos suben 7%, siete décimas más que noviembre. Otro dato significante es la inflación media con la que terminamos: 8,3%, la tasa más elevada desde 1986 (36 años).

Los alimentos que más han subido por la inflación

Frente diciembre de 2021, las mayores subidas se registran en el azúcar y otros aceites comestibles diferentes al AOVE (50,6%), la mantequilla (42,3%), los combustibles líquidos (41,7%), la leche entera (37,3%), la desnatada (37,2%), las harinas y otros cereales (36,8%) y el AOVE (35,2%).

Es cierto que estos datos recogidos aun no tenían aplicado la eliminación del IVA superreducido del 4% que se paga por alimentos básicos y al combustible todavía se le aplicaba el descuento de 20 céntimos por litro, por lo que en enero el marco de la inflación cambiará su centro de preocupación.

También, tendremos que ver cómo nos afecta la reapertura de la economía china tras finiquitar su política de COVID-cero o que decisiones tomara la OPEP sobre la producción de crudo. Este análisis se podrá utilizar para no volver a los niveles que se dieron y saber reorganizar la economía para que no sufra esa inflación en las cestas de alimentos.

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Enrique Moreira Guillén