912 171 879
No queda mucho para que se cumpla el aniversario del Estado de Alarma instaurado el pasado marzo de 2020, que marcaría el comienzo de una etapa que sin lugar a dudas, todos recordaremos.
Durante este periodo, la inmensa mayoría de los oficios han experimentado cambios notables en su forma de reaccionar y actuar frente a lo que anteriormente era su simple actividad, teniendo que modificar sus métodos de actuación ante la imposibilidad acercarse más de la cuenta al resto de personas.
Por suerte son bastantes los oficios que, al carecer de una interacción directa con otras personas, pueden llegar a realizarse fácilmente de forma online o tras una mampara transparente que dificulte o anule la posibilidad de un contagio. Claro que, como parecerá obvio, hay ciertas actividades que no pueden realizarse vía Zoom y requieren que el profesional en cuestión se exponga con mayor facilidad a algo que el resto evita.
En este artículo abordaremos la necesidad e importancia de poseer un fontanero o electricista de altas capacidades, así como lo determinante y necesario que es este oficio durante una pandemia.
Un fontanero debe de poseer un buen estado de salud dado que su trabajo se basa primordialmente en una actividad física, cuyo esfuerzo variará dependiendo de la dificultad del problema que deba solucionar.
La rapidez con la que solvente la necesidad del cliente es otra de sus imposiciones. Tanto electricistas como fontaneros deben de realizar su función en el menor tiempo posible. El posmodernismo se caracteriza por la inmediatez y rapidez con lo que se quiere algo, por lo que esta profesión no iba a escapar de tal ley.
Percatarse de los detalles y la habilidad manual es otra de sus importantes dotes. Alguien torpe sin un conocimiento avanzado sobre lo que ve y hace en cada momento, no debería de denominarse fontanero. Siendo el intrusismo laboral algo a la orden del día en estos tiempos, esta última cualidad debería de ser prioritaria cuando se deba contratar a alguien y se pase por la cabeza el típico “tengo un amigo que arregla esto en un momento”.
Y por último, debe de ser conocedor de la normativa de salud y seguridad a la que le añadiré ciertos anexos a continuación. De normal, bastaría con que el electricista en cuestión llevase unos guantes, al fin y al cabo puede jugarse la vida al manipular ciertas instalaciones eléctricas, pero nada más lejos de la realidad. Las botas, caso y alfombra aislante, junto a los guantes deben de ser su prioridad.
Hasta ahora no he dicho nada que no realizasen ya estos trabajadores, por lo que continuaré añadiendo el extra de importancia que poseen ante la desagradable situación en la que nos encontramos.
Es un hecho que en estos largos meses se ha visto reducido el número de solicitaciones de fontaneros y demás profesionales, ante la posible aversión que las personas han ido generando ante la posibilidad de que un extraño acceda a tu hogar. Por ende, al reducirse sus llamadas, el número de problemas en las instalaciones de los hogares se han visto incrementados requiriendo más ayuda profesional de la probablemente nunca han necesitado.
En ocasiones podemos tener una idea vaga sobre la verdadera tarea del electricista o fontanero, dejando florecer ciertos estereotipos que anulan o quitan importancia a uno de los oficios más determinantes y necesarios para mantener nuestro nivel de vida, olvidando por completo que hoy más que nunca, nadie debería de estar dispuesto a prescindir de ellos.
José Francisco Bullón Molina
TE LLAMAMOS Y TE LO EXPLICAMOS TODO
Memorias y Proyectos para Instaladores
Curso de Instalador realiza memorias y proyectos para instaladores desarrollados por instaladores e ingenieros. ¡Clic para más información!
