Estereotipos y prejuicios en la profesión de fontanero

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En esta ocasión me encantaría abordar varias cuestiones que tienen que ver, no solo con la preparación y capacidad de los profesionales que realizan las tareas de instalación, sino también con la idea que las personas ajenas a este oficio tienen de él. Dicho lo cual, me encantaría mostraros un artículo, tal vez no tan extenso como el resto, que resuma e incluso derribe los mitos y estereotipos más conocidos de la profesión. 

 

  • “Cualquiera puede hacer eso”  

Tal vez esta expresión sea la que provoca el intrusismo laboral en el sector, siendo más común de lo que debería llamar a un amigo o familiar que “sabe de esto”. Las consecuencias que esa decisión suele acarrear no se bastan solo con la no solución del problema, sino también con el empeoramiento de la situación de tu instalación eléctrica, tuberías y calderas. No solo hablamos de una pérdida de dinero por pagar con calderilla al que te ha solucionado el “problemilla”, hablamos realmente de algo que puede provocar graves daños y mayores pérdidas de dinero de las que, en caso de haber solicitado a un verdadero profesional, habríamos sufrido. 

 

  • “Son personas sin estudios” 

La tendencia a pensar esto está más desarrollada de lo que uno cabría esperar. Tal vez el origen de tal pensamiento se encuentre en la sencillez con la que suelen solucionarse la mayoría de los imprevistos del hogar. Cuando alguien ve como un señor con una llave inglesa arregla tu fregador rápidamente, se puede llegar a pensar que no era algo tan grave y que, por tal motivo, los fontaneros y electricistas no son tan listos y capaces porque “el problema no resultó ser nada del otro mundo”. Y por supuesto, obviando el hecho de que las formaciones y procesos para conseguir los permisos para ejercer como tal no se dan, así como así. 

 

  • “Es una profesión que solo ocupan hombres” 

En efecto, son una mayoría abrumadora en este sector. Y por esa razón, tal vez se suela llegar a ciertas ideas respecto a los oficios físicos ocupados casi exclusivamente por hombres. En sectores como la construcción pasa algo parecido, puede llegar a desprestigiarse el trabajo porque solo hay hombres, cosa que no tiende a pasar en los oficios que ocupan mujeres en mayoría. Sin embargo, todas estas polarizaciones suelen ser causa de una serie de factores sociológicos que pueden llegar a explicar estos fenómenos sin necesidad de que se infravalore a sus profesionales. De hecho, os invito a que leáis uno de los artículos ya publicados en cursodeinstalador.com donde ya se abordaron tales estudios de género. 

 

  • “Los fontaneros no ganan casi nada” 

Para abordar este prejuicio os mostraré dos posibles tipos de fontaneros. Si trabaja para una empresa cobrará una cantidad fija o que variará poco de mes a mes. La cantidad puede variar de entre uno 1000 y 1500, pudiendo ser perfectamente superiores dependiendo de la empresa en cuestión. 

Si se es autónomo no habrá un salario fijo, puesto que todo dependerá de la cantidad de clientes que uno tenga. Podrá conseguir salarios más elevados si las circunstancias así lo permiten. Aunque deberá de pagar el impuesto de autónomo. 

 

Tras los tópicos aquí presentados, confío en que si teníais alguna de estas ideas un tanto interiorizada, haya desaparecido tras este artículo.  

 

José Francisco Bullón Molina 

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