¿Adiós a la calefacción central?

En plena temporada de frío, se acerca el momento de ir calentando los hogares. Uno de los sistemas más tradicionales para combatir el frío en los edificios ha sido la calefacción central. Se trata de una fórmula común que, en ocasiones, podía ser injusta, ya que el coste real del servicio puede estar mal repartido entre los propietarios. Para evitar esta situación, el Gobierno ya ha fijado una fecha en la agenda para “dejar atrás” el sistema de calefacción central.

Sin embargo, ¿esto es realmente un adiós? En agosto de 2020, era aprobado el Real Decreto 736/2020 por el que se regulaba la contabilización de consumos individuales en comunidades con calefacción central. No obstante, a partir de mayo de 2023, será obligatoria la instalación de contadores individuales. Es decir, en aquellos edificios donde se dispone de calefacción central, los propietarios dejarán de hacer frente a estos gastos de forma colectiva. Cada uno de los vecinos pagará exclusivamente por su consumo.

No obstante, dicho decreto viene impulsado desde la UE y sigue la ruta marcada para conseguir la sostenibilidad energética. Esto no significa que la calefacción central llegue a su fin, más bien se trata de adaptar la factura al consumo individual. Una propuesta que, tal y como ha indicado la Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción (AERCCA) a El Mundo, es muy positiva porque “se van a tomar las ventajas de la calefacción central, como la eficiencia energética, con lo mejor de la calefacción individual, en la que cada uno gestiona su consumo y paga por él”.

¿Cómo se debe actuar?

La comunidad de vecinos con calefacción central deberá instalar repartidores de costes de calefacción, además de válvulas termostáticas. Será el titular de la instalación de calefacción quien deberá asegurarse de colocar todos los medios necesarios para llevar a cabo una correcta contabilización y reparto. Así, los vecinos únicamente deberán pagar por lo que han consumido.

Las dos opciones posibles son la instalación de un contador individual por cada vivienda o bien un repartidor de costes que funciona radiador a radiador. En el primer caso, se mide el consumo exacto. En cambio, con la segunda opción se puede medir el consumo de cada radiador dependiendo del inmueble.

Por tanto, con esta nueva normativa, los propietarios podrán conocer cuáles son sus consumos periódicamente, por lo que podrán reducir el consumo y obtener un mayor ahorro energético.

¿A quiénes afectará?

El nuevo decreto establece que “la normativa será de aplicación obligatoria en edificios con sistemas de calefacción o refrigeración construidos antes de la aprobación del Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) de 1998. Los edificios construidos posteriormente están obligados a instalar dispositivos de contabilización individuales”-

Según los datos de AERCCA, en España hay 1,6 millones de viviendas con calefacción central. Pero se estima que el 18% de ellas ya se ha sometido a esta transformación. Por el contrario, si estarán exentos de la norma los residentes de las zonas más cálidas del país, donde realizar esta adaptación no es rentable.

Por ejemplo, si el coste de la instalación y lectura es demasiado alto y no compensa con el ahorro generado en cuatro años, no se obligará el cambio.

Luisa Del Hoyo Díaz

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